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PATAGONIA 2016 – PUERTO PIRAMIDES A PUYUHUAPI

Miércoles 10 de Febrero – Dia 5
Amanece en Puerto Pirámides, y como los años no vienen solos, a las 8 de la mañana ya estaba levantado, dando vueltas por el hostel. Que lo pario, ni en vacaciones me puedo sacar la costumbre de madrugar. Ya que estamos aprovecho la mañana, me calcé las zapatillas, bermudas, remera, gorra, gafas y a caminar, a buscar un lugar donde desayunar, ya que el hostel no te daba desayuno. Camino unas cuadras y oh jo, estación de servicio del ACA, que buen lugar para desayunar, y ahi derechito fui. Café con leche, medialunas, y ya pasaditas las 9 de la mañana, el joven estaba pipon pipon con el desayuno.
Así que me fui a averiguar qué podía hacer durante el dia, tarde. Mi idea era hacer snorkeling con los lobos marinos, pero cuando me entere que me salía cerca de $1500 y que no salían muchos lobitos para nadar cerca tuyo, me replantee lo que podía hacer a la tarde, ahi salio el plan B, o sea, remar en kayak por poco más de una hora y media hasta la lobería, y ver a los lobos echados al sol y como algunos se tiran de cabeza al mar y nadan cerca tuyo. Esta opción era más barato y accesible, no llegaba a los $700, duraba mucho más que el nado, hacia algo de ejercicio (reme por casi 3 horas a mar abierto). Volví al Hostel, me encontré con Damián, y le conté que había averiguado, así que después de almorzar, no me acuerdo que, nos pegamos una vuelta por el local de los kayaks, fuimos a cerrar y contratar esta excursión, y así fue que a eso de las 18 salimos remando de puerto pirámides, Damián y yo en un kayak travesia para 2 personas, yo remando en la parte de atrás, timoneando el kayak, y cerca, en otro kayak, nuestro guia. pasada la hora y veinte de remo, comencé a ver a lo lejos la lobería, y ya algunos lobitos que se tiraban al agua. El espectáculo era impresionante, increíble, cientos de lobos marinos echados al sol, descansando, algunos jóvenes se tiraban al agua, y pasaban nadando cerca de los kayaks, como si fuera un juego nadar cerca nuestro. Yo con la gopro feliz, filmando todo lo posible, tanto arriba como abajo del agua. Ya cuando comenzó a bajar el sol, y habíamos pasado más de media hora con los lobitos, emprendimos el regreso a Puerto Pirámides. Al rato, mi falta total de estado se empezó a notar, no podía remar, cansado era poco, estaba molido, paraba a tomar aire, cada diez minutos, llegué molido, no daba más. Pero sabía que había pasado por una experiencia increíble, única.

De vuelta el el hostel, con una pareja que estaba también hospedada en el hostel, coincidimos en cocinar algo para la cena, así que compramos algunas cosas en el super, y nos pusimos a cocinar, para estar cenando cerca de las diez de la noche, unos bifes con papas increíbles. después de una buena sobremesa, y de usarlos la notebook para ver lo que filme con los lobitos, me puse a armar las alforjas, ya que el dia siguiente volvia a las rutas. Apenas pasada la medianoche, me fui a dormir. Previamente había arreglado con Damián que salíamos a la ruta juntos, al menos hasta el cruce con la Ruta 3, donde nos separamos, el rumbo norte y yo rumbo sur.

Jueves 11 de Febrero – Dia 6
Arranca el dia en Puerto Pirámides. Saco las alforjas, bolso, maletincito de la gopro. Me pongo a armar la Bordolina, para rutear una vez más. Mientras tanto damian hacia lo mismo con su Honda Falcon. Cerca de las nueve de la mañana, prendimos las motos, nos despedimos de la gente del Hostel, y arrancamos. Llenamos tanques en la estación de servicio ACA, y salimos a la ruta. Al rato, fue muy loco comenzar a ver guanacos al costado del camino, lejos, pastando. Pero más adelante, ya estaban cerca de la ruta, y un par, con el ruido de las motos, comenzaron a correr paralelos a la ruta, como que iban a la par de las motos, mas alla de que íbamos medio despacio, más que todo por no saber para donde podrían salir los guanacos, hasta que saltaron el cerco y se perdieron en la inmensidad del descampado terreno.
Llegamos a la ruta 3, después de saludarnos, cada unos siguió su rumbo, yo para el sur.
Llegando a Puerto Madryn, para en una estación de servicio, cargo nafta, por si las moscas, y de paso desayuno, ya que aun no habia tomado nada.
Ahí me cruzo con un motero, que venía viajando en mi mismo rumbo, así que nos pusimos a charlar de viajes, rumbos y destinos. Por lo cual, quedamos que íbamos a rutear juntos, al menos hasta comodoro rivadavia, mi destino de ese dia. Prendí a Bordolina, y la BMW gs800 del otro muchacho también (mal lo mio, no me acuerdo el nombre, me estoy poniendo viejo). Salimos a la ruta, yo punteando, ya que creo yo, tenía algo de idea de cómo era el recorrido. Pasamos Trelew, volvimos a cargar nafta, y ahora nos esperaba un largo tramo hasta Comodoro Rivadavia, con mucho de nada, o sea, apenas un paraje y un caseria, Garayalde, donde pudimos volver a cargar nafta para llegar a Comodoro Rivadavia a la tardecita. Así fue, que llegamos a la Posada del Viajero, una hostería media alejada del centro de la ciudad, pero pegada a la ruta 3. Bajamos las alforjas, el loco este que me acompañó, aprovechó y se quedó en la misma hostería. Lo bueno que teníamos la cocina y Parrilla a nuestra disposición, así que compramos un pollo, tomate, lechuga, tintillo, y carbón. Prendimos el fuego, y tranquilo fuimos haciendo el pollito a la parrilla. Afuera el viento no paraba de soplar, constante, sin tregua. Cenamos, tomamos, charlamos, historias de viajes y a la medianoche, después de un buen duchazo a la cama, ya que al otro dia, sabia que iba a tener un dia duro.

Viernes 12 de Febrero – Dia 7
Cerrando la primer semana del viaje, salimos de la Posada del Viajero, y paramos a unas cuadras, en una estación de servicio, a cargar nafta y a desayunar. Cruzamos toda la ciudad de norte a sur, pasamos Rada Tilly, el balneario más austral de sudamérica, y costeando el mar, le metimos ruta hasta llegar a Caleta Olivia, donde un piquete freno nuestra marcha, al rato nos dejaron pasar. Volvimos a parar en otra estación de servicio, llene tanque, y yo por si acaso llene también el bidón de 8.5 litros que llevaba de auxilio. En el centro de Caleta nos separamos, ya que yo torcía el rumbo hacia el oeste, y el seguia para el sur, a Ushuaia. Saliendo de Caleta Olivia me agarro otro piquete, en el cual también tuve que esperar un rato, y pude seguir, y de vuelta solo en la ruta, en la soledad de la patagonia, pero el viento, tranquilamente comenzó a hacerme compañia, de a poco, subiendo muy lentamente su intensidad, hasta que a lo lejos comencé a ver picos extractores de petróleo, estaba cerca de Pico Truncado, y un nuevo piquete, acá tuve mas de media hora parado, esperando, hasta que se abrió el camino, cruce Pico Truncado, el punto más al sur que iba a pasar en el viaje. Y otro piquete más, saliendo del Pico Truncada, el cuarto y último, en total entre todos los piquetes perdí una hora de viaje. Por suerte pude seguir viaje, acompañado siempre por el viento que me soplaba del sudoeste, no de frente, no de costado, sino en diagonal, aparte de frenarme, iba a 60, me tiraba un poco de lado, pero aún faltaba un condimento más.
Llegó a General Las Heras, y derecho a la estación de servicio, y una larga cola para cargar nafta del único surtidor que había en el pueblo, me quede tranquilo y a esperar, diez minutos, veinte minutos, y recien habia avanzado la mitad de la cola, hasta que cuando llegue a tener tres autos delante mio unos de los playeros me llama “eeeh moto, veni, pasa por aca, que se está largando y te vas a mojar”, y si se estaba largando a llover, eso ayudó a que me carguen antes, bah en sí me ahorre unos 10 minutos. Así que con el tanque lleno, me calce el equipo de lluvia y a seguir ruta, ahora sumándole la lluvia al viento que me frenaba y tumbaba.
Pasadas las tres de la tarde, pare en el paraje El Pluma a almorzar, no daba mas del cansancio, frío, lluvia, viento y sobre todo hambre. Me senté, y mientras veía una novela, me comí un terrible sandwich de milanesa completo. Pasadas las cuatro de la tarde, arranque el último tramo del lado argentino, ya que solo me quedaba pasar por afuera de perito moreno, cruzando la ruta 40, bordear parte del lago buenos aires, y llegar a Los Antiguos, donde vacíe el bidón en el tanque de nafta, porque ya venía con la reserva, y en la estación de servicio lo complete. A eso de las cinco o seis estaba pasando la aduana, primero la Argentina y después la Chilena, y así tranquilo, con todos los papeles, llegue a Chile Chico, mi primer destino internacional con la Bordolina, el gordo feliz de la vida.
Y llegué al hostel, baje las alforjas y me tiré a descansar un poco. Cerca de las nueve de la noche salí a caminar y buscar un lugar donde cenar, camine unas cuadras por el centro del pueblo, me pareció raro no encontrar mucho negocio abierto, siendo un viernes a la noche. Por suerte a unas cuadras había un bodegón abierto, con varias mesas ocupadas, ese era indicio de que ese lugar no era tan malo, y así fue. Cene diez punto, y pasadas las diez de la noche estaba volviendo para el hostel, pero ante me fui a ver la costa del lago general carreras, lago que al otro dia cruzaría en una barcaza, la tehuelche.
Cerca de la medianoche, con las alforjas armadas, y todo listo, post duchazo, caí redondo en la cama, para pasar mi primer noche en Chile, de esta gran travesía.

Sábado 13 de Febrero – Dia 8
Arrancando la segunda semana del viaje, y después de un rico desayuno, salí con la moto, tranqui hacia el embarcadero. Pase por una oficina donde efectivice el pasaje que había comprado por internet un par de semanas atrás, antes de salir. Y solo a esperar que la barcaza llegará. Poco más de media hora después, y ya con casi todos los autos, camiones y camionetas arriba, subí con la Bordolina, y junto a unas bicicletas amarraron la moto, como si supieran, jeje, así que me fui tranquilo a disfrutar de poco más de dos horas de navegación por el lago general carreras, rumbo a puerto ibañez, subi un par de escaleras hasta la última cubierta, donde me puse a sacar unas fotos y filmar algo con la gopro, después baje a una cubierta con butacas y descanse un buen rato, mientras la barcaza seguía con rumbo firme a puerto ibañez. Así que apenas pasado el mediodía llegué a mi segundo destino en Chile, Puerto Ibáñez, claramente fue el dia que menos use la moto para ir de un destino a otro. Baje de la barcaza después de todos los vehículos y algunos pasajeros, ya que tuve que esperar a que me desamarraron la moto. Al rato ya estaba en tierra firme una vez más, así que tranqui, me di una vuelta por el pueblo, y fui derecho al hospedaje. La dueña me recibió de maravilla, una señora muy gentil, que acondicionó su casa como hospedaje, y la verdad que la pase genial el rato que ahí estuve. Como estaba con algo de hambre y eran ya más de la una del mediodía, la señora me gano de mano, y me preguntó si quería almorzar, le respondí que sí, y se marcharon una bifes (bisteques le decía la señora) con papas, que estaba buenísimo, o era el hambre, que se yo. Después pude tener una tarde de descanso, salió una buena siesta, como hasta las cinco de la tarde. Cuando me levante me cambie, abrigue (por consejo de la dueña del hospedaje) y salí a caminar por el pueblo. No había nadie, eran como las 6 de la tarde. A los únicos que cruce, era a un grupo de jóvenes pintando lo que era una escuela de arte. Seguí caminando y me fui para la costa del lago. No te cuento lo que soplaba el viento, por todos lados, creo que fue donde más sentí el viento. Tema aparte la costanera, hecha a nuevo, impecable. Con un par de aspas, para la generación eólica de energía eléctrica. un gran muelle, con bancos para pasear y descansar, un deck enorme, todo eso, para que lo pueda disfrutar yo solo, ya que no había nadie, de nadie. Como a las ocho volví al hospedaje, y ahí la dueña, me estaba esperando para decirme “queres cenar?, estoy preparando unos canelones de verdura y carne”, ni lo dude, “si señora”, a las nueve estaba sentadito a la mesa, listo y dispuesto para la cena del viaje. Fueron dos canelones de verdura y carne, que estaban de la ostia, un espectáculo, eso sí, termine super satisfecho, eran los once de la noche y caí redondo en la cama, no daba más.

Domingo 14 de Febrero – Dia 9
El viento nunca dejó de soplar, desde antes de Comodoro Rivadavia que me acompañaba. Después de un super desayuno, muy bien cargado. Arme una vez más la moto, y volví a la ruta. Salí de Puerto Ibáñez rumbo noroeste por una ruta que se notaba tenía poco tiempo de estar asfaltada, y después de subidas y bajadas, curvas y contracurvas, salí a la carretera austral, uno de los tantos desafíos a cumplir que tenía en el viaje, y así fue. Doble a la derecha y a cambiar rumbo una vez más, medio viaje (en distancia) ya estaba hecho, este era unos de los puntos que más lejos iba a estar de casa, y se sentía, se extrañaba, tenía un coctel de sentimientos encontrados, como decirme “boludo hasta donde llegaste solo” o “que mierda hago tan lejos”, sentimientos, sensaciones que los que viajamos en moto podemos llegar a sentir. Pero me deje de pensar y seguí viajando, eso estaba mejor. Segui subiendo, curvas y contracurvas. Miradores donde podías parar y quedarse maravillado con el paisajes que tenías frente a tus ojos, una maravilla natural, al fondo, con todos los picos nevados, el cerro castillo, y todo el valle por donde había pasado hacía solo un rato. Al rato llegue a Coyhaique, donde paré a llenar el tanque, y seguir ruta. Pasando paisajes maravillosos, ruta en excelente estado, y lo mejor de todo, con un clima inmejorable. La gopro iba cambiando del casco al soporte que le había puesto al parabrisas para filmar yo. Al medio dia llegue a un pueblito que se llama Villa Mañihuales, donde volví a cargar nafta y de paso cañazo almorcé, y actualizaba las redes sociales. Por primera vez probé con mi hermano Gustavo, dentro del mensajero de facebook (para celular) la video llamada, y la verdad que con el wifi de la estación de servicio anduvo muy bien, así puede verse y charlar con mi hermano, y mis padres, ellos en Tigre y yo en el sur de Chile. Después de moquear y charlar un rato, volví a la moto y a viajar, ya que me quedaba un buen tramo. Pase el primer puente colgante del viaje, algunas cascadas, un desvío, un túnel, otro desvío para salir a puerto aysén, pero yo tenía que seguir para Puyuhuapi, y para allá segui. Hasta que pase por el desvío a un pueblo que se llama Puerto Cisne. Desde ahí y hasta Puyuhuapi iba a ser todo ripio, 57 kilómetros de ripio, de todo tipo de tamaño, forma y estado, y repito, menos mal que no llovía. A una velocidad promedio de entre 15 y 20 kms por hora, fui tranquilo pasando el ripio, sin alterarme, despacio, y sobre todo contemplando el paisaje, y de repente un corte en la ruta, obreros trabajando, y a esperar. Quince minutos después habilitaron el paso y a seguir ruta, y así un par mas me cruce por la ruta. Pase por la entrada de un parque nacional, o algo así, que te llevaba un puente peatonal colgante desde donde tambien podias ver un ventisquero, una gran acumulacion de hielo, sobre una montaña, que su parte inferior formaba una cascada. Tenía la idea de parar, pero había mucha gente, muchos jóvenes, y yo con la moto cargada, me daba cosa dejarla sola, expuesta a que alguien se lleve algo, así que seguí viaje, sabiendo que estaba medianamente cerca de Puyuhuapi. Como a la hora, el paisaje se abrió, y a la izquierda de la ruta apareció, lo que para mi en ese momento era un lago, y lo fui costeando hasta que llegue a Puyuhuapi, y la mi hosteria. Baje los bartulos, alforjas, bolsos. Me registre y me tire en la cama un rato a descansar. Tema aparte la hostería en la que pare. Una casona de madera, de unos cuantos pisos, una joya de la arquitectura. Me volvi a poner el bermudas de jean, gorra, anteojos, cámara y a la calle, a pasear, a conocer algo de Puyuhuapi. Fotos de aca, filmación de allá, y se fue haciendo la noche. Volví a la hostería, busque un abrigo, descanse un rato, acomode las alforjas y como a las nueve volví a salir con la idea de cenar, y la idea fue buena. Encontré lo que hoy día en algunos lugares le pueden llegar a decir “foodtruck”, pero este era apenas una casa rodante, con un lateral para atender a la gente. El muchacho que atendía hacía y vendía pizzas personales, y jugos varios. Yo me pedí una con jamón y un jugo de mango. A los 15 minutos estaba sentado cenando una pizza increíble. Cerca de las once estaba de vuelta en la hostería, donde me prepare un cafecito, mas que todo por el fresco que hacía, y ahí me crucé con un matrimonio joven de Argentinos, que como yo, estaban viajando de vacaciones, pero en auto. Me despedí y me fui a dormir. Sabiendo que mañana iba a ser duro, ya que tenía cerca de doscientos kilómetros, mitad asfalto y mitad ripio, derechito a Chaitén, donde embarcaria en el segundo transbordador, para cruzar a la isla de Chiloé.

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2 comentarios

  1. Hola Luciano!cómo estás genio? t sigo siempre en Youtube ,me parecen recopados y instructivos tus vídeos.
    Una consulta sobre tu viaje por la carretera austral ya q cuando termine la pandemia me gustaría concretar este viaje, quería saber porq cruzaste en ferri desde chile chico a puerto Ibáñez,y no quisiste bajar por la ruta 265 bordeando el lago gral carrera sentido puerto guadal,y subiendo hacia puerto Río tranquilo…no quisiste extender el recorrido o el camino era de ripio jodido?
    Y la otra pregunta es si para vos el paisaje d la carretera austral es lo más lindo d la Patagonia?vale la pena hacerla..,o es muy parecido al paisaje d el camino d los 7 lagos?
    Abrazo grande!

    • Pablo, como estas?. vamos s responder por partes
      – cruce en ferry a puerto ibañez por 2 motivos, no tenia 2 dias de mas para dar la vuelta al lago, y ademas todo el recorrido es ripio, y en parte se pone complicado. si hubiera tenido otra moto, algo mas trial, quizás lo hubiera hecho.
      – la carretera austral hay que hacerla, por mas parecido que sea al paisaje que sea, hay que hacerla. hice el camino de los 7 lagos en moto como 5 veces en ida y vuelta, y no me canso de hacerlo. Y te puedo asegurar que la carretera austral alguna vez la haré de punta a punta. Mu gusto y mucho
      Espero te sirva
      cualquier cosa chiflame
      saludos y buenas rutas

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