Hace poco tiempo volví de mi segundo viaje por la Patagonia Argentina, de recorrer varios lugares por los que había pasado el año anterior, y por lugares nuevos.
Uno de estos lugares fue Esquel, una ciudad, que al principio mucho no me llamaba, pero que terminó por gustarme, y mucho más de lo que imagine.
El dia de mi llegada a Esquel lo arranque muy temprano, como a las 5 am del otro lado del país, en la costa Atlántica, con mucho mucho viento, en Puerto Pirámides. Pasadas las 6.30 y con mucho coraje salimos del Hostel en Puerto Pirámides, rumbo a nuestra primera parada en las afueras de la ciudad de Trelew, ahí cargamos combustible y seguimos viaje, cruzando de este a oeste la patagonia, pasamos por pueblitos como Las Plumas, Los Altares y Paso de Indios.
Unos 40 kms antes del cruce de la RN25, por la que veníamos y la RN40, nos agarró un terrible chaparrón con viento. El cielo ya estaba nublado, la temperatura bajó de repente, y se largó con todo. Atinamos a parar 2 minutos a ponernos los equipos de lluvia para poder seguir, teniendo claro que la próxima parada tenía que ser la estación de servicio en Tecka, a unos 40 kms.
Ese tramo me pareció una eternidad, imposible. Muerto de frío y mojado por todos lados. A no más de 40 o 50 kms/h. Los picos de los cerritos cercanos ya comenzaban a verse blancos, y el frío se sentía, y mucho.
Llegamos a la estación de servicio, la lluvia había amainado, lo peor ya había pasado. Nos cambiamos las medias mojadas y el calzado, llenamos los tanques, tomamos un buen café caliente y partimos rumbo a Esquel, los últimos 95 kms ya casi sin luz del sol, y con algunas nubes que amenazaban con volver a llover.
Como a las 21.30 llegamos al hostel de Esquel. Donde nos recibió Pablo, el dueño, que muy atinadamente nos dijo que bajemos las alforjas, y nos fuéramos a dar una ducha caliente para sacarnos el frío, así que eso hicimos. Pasadas las 22, hicimos el check in, cenamos una pizza que pedimos y como a la medianoche nos fuimos a descansar, estábamos molidos.
Al otro dia nos levantamos a media mañana, y nos fuimos a caminar por el pueblo, desayunamos en una estación de servicio, y compramos algunos víveres para el hostel.
A la tardes nos fuimos con las motos a recorrer una partecita del parque nacional los alerces y el lago Futalaufquen.
A la noche habíamos quedado con Pablo, que cocinaba para quien quisiera, y que iba a hacer una de mis especialidades, Chau Fan, el plato de comida china con arroz y muchos ingredientes que acompañan como trozos de pollo, jamón, cebolla, cebollita de verdeo, morrón y huevos.
Volviendo del paseo, compramos los ingredientes. Como a las 21 deje armada las alforjas, ya que al otro dia temprano salimos para Villa La Angostura.
Al rato me fui para la cocina y me puse a preparar todo, picar el pollo, la cebolla, el morrón, la cebolla de verdeo. Mientras se hervía una olla de arroz.
Pasadas las 22 salió la primer sartenada, y como a las 23 la segunda. Todo acompañado de un buen vino tinto, buena música de fondo, y muchas anécdotas de viajes.
Como las las 12.30 nos fuimos a dormir, para estar frescos para un dia mas de ruta, rumbo al próximo destino.
Hasta la próxima
Buenas Rutas